¿Cuál es el origen del coronavirus y por qué no se ha podido erradicar?

La pandemia de COVID-19 ha ocupado los titulares de los principales medios de comunicación en el mundo, especialmente en los dos últimos meses. Sin embargo, muchas personas siguen ignorando cuál es el origen del coronavirus y tampoco comprenden por qué no se ha podido erradicar.

Frente al tema del origen del coronavirus hay toda suerte de teorías, alimentadas muchas veces por las noticias falsas que circulan a través de las redes sociales. Se habla desde un complot ultrasecreto, o un ataque bioquímico, hasta el cumplimiento de profecías decretadas por videntes.

De la misma manera, en relación a la pregunta de por qué no se ha podido erradicar, también hay infinidad de opiniones. Algunos responsabilizan a los gobiernos por sus decisiones erráticas, mientras que otros simplemente llaman a esperar el tiempo necesario para que aparezcan las soluciones, que deben venir del lado de la ciencia.

¿Cuál es el origen del coronavirus?

El origen del coronavirus es uno de tantos aspectos sobre los que no hay certezas absolutas. Lo que hay es teorías; unas más basadas en evidencias que otras, pero ninguna concluyente del todo. Lo primero que se debe aclarar es que los coronavirus son una gran familia, y no es la primera vez que se contagian a los humanos.

La teoría más aceptada es que el actual SARS-CoV-2 proviene de los murciélagos, y estos contagiaron a los humanos por una vía indirecta. Al parecer, lo transmitieron a los pangolines, y estos lo llevaron al hombre. Los pangolines son unos animales exóticos que se comercian para el consumo humano y con fines medicinales.

También existe otra teoría que viene cobrando fuerza. Señala que no hubo participación de los murciélagos, sino que el virus se transmitió directamente de los pangolines al ser humano. De hecho, un equipo de científicos descubrió dos coronavirus muy parecidos al SARS-CoV-2 en estos animales.

Muchos de los virus que han golpeado a la humanidad, a lo largo de la historia, provienen de animales. Por lo mismo, lo más plausible es que el origen del coronavirus SARS-CoV-2 sea también zoonótico. ¿Pudo haber sido elaborado en laboratorio? Claro que sí, pero al respecto no hay pruebas, sino miles de conjeturas.

La erradicación del coronavirus

La verdad es que el ser humano no ha sido particularmente eficaz en la erradicación de los virus. Desde tiempos antiquísimos el hombre ha librado grandes batallas contra los virus y las bacterias. Sin embargo, hasta el momento, la viruela y la peste bovina son las únicas dos enfermedades que han logrado erradicarse por completo.

El coronavirus no es ni el primero, ni el más mortífero de los virus que ha atacado al hombre. El peligro del COVID-19 no es su letalidad, sino la alta tasa de contagio que supone. El problema con este virus, o con cualquier otro, es que infecte a un número elevado de personas al mismo tiempo. Como se ha visto, esto supone el colapso de los sistemas sanitarios.

En condiciones ideales, es decir, en una situación en la que fueran correctamente atendidas todas las personas que requirieran de atención especial por esta enfermedad, probablemente la mortalidad sería menor al 1 %. En cambio, en condiciones reales, la tasa de mortalidad puede incrementarse muy por encima de ese porcentaje, no por el virus, sino por la imposibilidad de atender los casos graves.

¿Qué pasará con el coronavirus?

En vistas a que el contagio por coronavirus se volvió global, lo más probable es que este ya no desaparezca. Lo usual es que todos estos virus vayan volviéndose más inofensivos con el tiempo, ya que su objetivo no es matar el organismo al que penetran. Necesitan de ese organismo para seguir multiplicándose.

Como el coronavirus es un virus nuevo, no hay certezas sobre cómo va a comportarse. Si sigue la línea de otros virus similares, lo más probable es que paulatinamente se atenúe para adaptarse a los humanos. También se espera que bajen los casos en verano y que haya una segunda oleada de contagios en invierno.

Entre tanto, son muchos los investigadores en el mundo que trabajan en medicamentos antivirales para el  SARS-CoV-2. Lo que harían estos fármacos es limitar la posibilidad del virus para multiplicarse en un organismo. Así mismo, la vacuna para este mal podría estar lista entre los próximos 10 a 18 meses.

Aprender a convivir

Tras los brotes epidémicos de casi todos los virus, la humanidad debe aprender a convivir con ellos. Llega un momento en que las partículas virales forman parte del ambiente y estabilizan su cantidad de contagios. Más allá del origen del coronavirus, que puede llegar a descifrarse o no, es fundamental para las poblaciones trazar un camino a futuro respecto a la presencia del SARS-CoV-2 entre ellas.