Tipos de cáncer de ovario: síntomas, causas, estadios y tratamiento

Se entiende por cáncer cuando las células de algún tejido específico del organismo de un individuo comienzan a crecer de manera descontrolada, desordenada e invasiva, generando repercusiones a nivel sistémico a mediano o largo plazo, incluso pudiendo invadir otros órganos cercanos o distantes (metástasis).

El cáncer de ovario en muchos países de América y Europa se encuentra entre uno de los tipos de cáncer más frecuentes de origen ginecológico, siendo en algunas regiones el tercero o incluso, el segundo más frecuente. En muchos casos debido a lo difícil de precisar e inespecífico de sus síntomas iniciales, se estima que dos tercios de las pacientes tienen una enfermedad avanzada al momento del diagnóstico.

Existen factores de riesgo que pueden incrementar las probabilidades de padecer cáncer de ovario como el factor genético familiar, factores reproductivos como la nuliparidad y  farmacológicos como el uso de algunos inductores de la ovulación. También existen factores protectores, como los anticonceptivos orales, que evitar la ovulación ponen en un reposo relativo a los ovarios.

Síntomas del cáncer de ovario

El curso de la enfermedad es usualmente insidioso o incluso silente en estadios precoces, es decir, que las mujeres tienen más probabilidad de presentar síntomas cuando la enfermedad está en etapas avanzadas.

Sin embargo, en algunos casos el cáncer de ovario en etapa temprana puede presentar algunos síntomas inespecíficos, como distensión o dolor pélvico, alteraciones menstruales, etc., pero difícilmente orientan hacia una patología oncológica ovárica. Entre otros síntomas que pueden presentarse tenemos:

  • Sensación llenura después de comer.
  • Síntomas urinarios (ardor al orinar y dificultad para orinar).
  • Cansancio y debilidad.
  • Dolor lumbar y pélvico.
  • Dolor abdominal desencadenado posterior a las relaciones sexuales.
  • Cambios menstruales.
  • Pérdida de peso.
  • Estreñimiento o incluso obstrucción intestinal en casos en que la tumoración ovárica haga compresión y ocluya parte de la luz intestinal.

Estos síntomas tienden a ser persistentes y progresivos, empeorando en las etapas avanzadas de la enfermedad.

Tipos de cáncer de ovario y estadios

Principalmente, se pueden establecer tres tipos de cáncer de ovario según su composición histológica: epitelial (que corresponde con el más frecuente), de células germinales y del estroma.

El estadio se refiere a una forma de describir el alcance de la lesión cancerígena, que permite al equipo médico planificar de forma conjunta los tratamientos más adecuados sin necesidad de realizar procedimientos que para el estadiaje no hayan demostrado mejoría significativa en la eliminación de la enfermedad y pudieran representar mayores riesgos.

Usualmente, se asigna el estadio del cáncer usando el sistema de la FIGO (Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia). Se agrupan en cuatro estadios, que van desde la afectación localizada unilateral o bilateral, ovárica o de las trompas de Falopio, sin hallazgos de implantes peritoneales, hasta el estadio IV que incluye metástasis a órganos pélvicos o extra abdominales, como pulmón o cerebro.

Tratamiento del cáncer de ovario

El tratamiento del cáncer de ovario dependerá del estadio en el que se detecte la enfermedad. El objetivo principal es la extirpación (exéresis) completa de la enfermedad visible, o al menos la reducción al máximo posible con una enfermedad residual menor de 1cm.

El abordaje tradicional se basa en tres vertientes, en la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia, lo cual ha demostrado, que mejora significativamente la sobrevida de las pacientes que padecen esta enfermedad.

En el caso que este indicado como tratamiento la realización de cirugía, ésta no solo consistirá del retiro de los ovarios y útero, sino también incluye, una serie de pasos adicionales para asegurar la citorreducción óptima (el retiro completo del tumor), como la apendicetomía (quitar apéndice), linfadenectomía (extracción de ganglios pélvicos), biopsia de peritoneo y omentectomía (extirpación de epiplón). Dependiendo si algún segmento de intestino, vejiga, bazo o hígado, está comprometido se podrá requerir algún abordaje quirúrgico adicional.

El tratamiento quimioterápico en algunos casos de cáncer de ovario se indica previo a la cirugía, lo que se conoce como quimioterapia neoadyuvante, que busca reducir el tamaño tumoral y favorecer el abordaje quirúrgico.

Posterior a la cirugía, suele ser necesario también el uso de ciclos de quimioterapia y radioterapia que aumenten las posibilidades de remisión de la enfermedad. En algunos centros oncológicos, también se realiza en el postoperatorio la administración intraperitoneal de quimioterapia en los casos en los que se ha podido realizar una cirugía óptima de inicio, que para algunos autores consigue buenos resultados.

Finalmente, siempre es importante que uno de los factores de los cuales dependerá el éxito del tratamiento es el diagnóstico precoz, siendo menos invasivo y de mayor recuperación y sobrevida, no siendo garantía, sobre todo en estadios avanzados que los tratamientos hasta ahora conocidos permitan un 100% de eliminación de la enfermedad, teniendo por supuesto variaciones especiales de acuerdo a las características particulares del paciente y el tipo de cáncer.