Los cambios en tu cuerpo si dejas de comer harinas

El 75% de alimentos de consumo diario preparado o prefabricados contiene harina. Y no es para menos, su alto contenido en fibra, vitamina A, B1, B5, C, E y K, lo convierten en un alimento ideal, sin embargo, las harinas empleadas en su mayoría, son refinadas y es aquí donde se puede convertir en un alimento perjudicial para el organismo ya que pierden todas sus propiedades. Sabiendo esto, te has preguntado,  qué sucede en tu cuerpo si dejas de comer harinas, a continuación se enlistan las respuestas.

Qué sucede si dejas de comer harinas

El consumo excesivo de alimentos refinados está relacionado a padecimientos y trastornos incluyendo enfermedades graves, como el cáncer.

Las harinas refinadas principalmente pueden ocasionar desde problemas de hipertensión, mucosidad y flemas hasta diabetes, debido al proceso que sufren los granos, dando por resultado un compuesto llamado “aloxano” el cual es altamente perjudicial y curiosamente es el compuesto principal de los panes.

Los antojos desaparecerán y el peso se regula

La harina de trigo contiene una propiedad llamada gliadina, esta se encarga de llevar una señal al cerebro que a su vez activa el apetito.

Por otra parte, vale recordar que la harina refinada que contienen los alimentos suele contener cantidades elevadas de azúcar, este efecto aumenta la glucemia y por tanto el apetito aparece de inmediato.

En concreto si dejas de consumir harina tu peso puede bajar y mantener control sobre él cuanto se desees.

El metabolismo se acelera

Un estudio realizado en un laboratorio de animales realizó un experimento, este consistía en darle de comer harina refinada a un grupo y harina integral a otro.

Al finalizar el proceso se descubrió que ambos grupos tenían peso similar, sin embargo, aquello que consumieron la harina blanca tenían un metabolismo más lento y su nivel de glucemia aumentó.

La conclusión del estudio fue entonces que si se deja de consumir harina el metabolismo se acelera y el índice de glucemia baja. En otras palabras, la digestión es más rápida y el aumento de presión arterial es casi nulo.

Se evitan trastornos intestinales

La harina contiene un componente llamado lecitina, esta propiedad provoca inflamación en el revestimiento del intestino y crea fisuras entre células.

La harina refinada o industrial tiende a perder hasta el 80% de su fibra, y sin este componente la persona termina consumiendo carbohidratos de liberación rápida, que en pocas palabras perjudica al estómago.

El nivel de colesterol bajo control

Si dejas de comer harinas el colesterol que circula por el cuerpo se mantiene a niveles bajos. Este efecto es beneficioso para el cuerpo ya que se evitan trastornos cardíacos como infartos o bien los temibles accidentes cerebrovasculares.

Pero los beneficios son más, el colesterol LDL (conocido como colesterol malo) se mantiene a niveles bajos y el bueno (HDL) predomina.

El PH equilibrado

El cuerpo mantiene con máximo cuidado el equilibrio de PH interno, cualquier alteración que provoque su cambio tiene consecuencias leves o graves.

El PH normal del cuerpo es de 7.4, pero ¿qué tiene que ver esto con la harina? Bueno, sucede que consumirla prácticamente obliga al cuerpo a quitar el calcio de los huesos para preservar el equilibrio.

En consecuencia, las probabilidades de padecer osteoporosis se elevan. Básicamente los huesos se van degenerando, pierden su densidad y las fracturas suceden con más frecuencia. Evitar la harina industrial es una de las medidas para contrarrestar este efecto.

¿Entonces debo dejar de consumirla?

La harinas refinadas o industriales deben desaparecer de la dieta, como se mencionó, el proceso que estas conllevan eliminan gran parte de su fibra y mineral lo que es perjudicial para el cuerpo. Situación contraria con la harina integral, ella contiene todas sus propiedades que benefician al digestión y el metabolismo, sobre todo si eres alguien que no es intolerante al gluten o a la fibra.

Unido a esta recomendación se puede decir que el factor de la cantidad de consumo es importante. Si dejas de comer harina integral de manera repentina la flora intestinal lo resiente, el peso disminuye y los huesos se desgastan con más rapidez.Por otro lado, comer con equilibrio cualquier tipo de alimento, incluyendo este tipo de alimento entero, siempre es recomendable.