Agua para desintoxicar de Manzana y Canela

Aumenta tu metabolismo naturalmente con esta bebida cero calorías desintoxicante con manzana y canela. Deja las sodas de dieta y prueba esta agua con manzana durante una semana. Vas a bajar de peso y tener mucha energía, además que te ayudará a eliminar toxinas.

Cómo preparar el Agua desintoxicante de manzana y canela

Ingredientes:

– 1 manzana finamente rebanada (cualquiera que sea tu favorita).

La manzana contribuye a regular el ritmo intestinal y ayuda en el tratamiento tanto de la diarrea como del estreñimiento.
La manzana es rica en pectina, una fibra soluble, que ayuda al cuerpo a eliminar el colesterol y a protegerse contra los efectos de la polución ambiental. Estudios en Francia, Italia e Irlanda han demostrado que 2 manzanas al día pueden reducir hasta un 10% el nivel de colesterol, al mismo tiempo que la pectina ayuda a nuestro cuerpo a eliminar metales nocivos tales como el plomo y el mercurio. Dos manzanas al día pueden ser además un auténtico tónico para el corazón y la circulación.
Las manzanas contienen asimismo ácido málico y tartárico, que son especialmente eficaces como ayuda en la digestión de alimentos ricos en grasas. La vitamina C que se encuentra en la manzana ayuda a reforzar el sistema inmunológico.

– 1 ramita de canela
La canela, una hierba energizante, mejora la digestión, calma las náuseas, los vómitos y las diarreas; estimula la circulación, y combate la debilidad. Es Antisépticas y antivirales, carminativas, estimulantes de la circulación sanguínea y del calor corporal.

Instrucciones:

Agua de manzana y canela Vida Lucida

Pon las rebanadas de manzana en el fondo de la jarra (salvo unas pocas para dejar caer en el vaso después) y luego la ramita de canela, cubrir con hielo la mitad de la jarra luego agregar el agua. Colocar en el refrigerador por 10 minutos antes de servir. El propósito de poner mucho hielo es para provocar un efecto helado. Puede agregarse hielo al gusto.

Algunas sugerencias para usar esta bebida

Hierve la canela y / o la manzana para ayudar a liberar algunos de los jugos, o bien extraer el jugo de una manzana y agregarlo junto a las otras dos manzanas cortadas, y cada vez que se termine el agua, hacer este procedimiento -agregar agua y el extracto de una manzana a la canela y las dos manzanas cortadas-.

Puedes hacer esto cada día, y al final del mismo re-utilizar las manzanas con un rico cocktel de frutas, o comerlas simplemente solas.

10 cosas que debes hacer para prevenir la enfermedad de Alzheimer

El término demencia cubre todos los síntomas de una disminución de la capacidad mental que interfieren con la vida cotidiana de una persona. Los síntomas más comunes incluyen la pérdida de memoria, el estado de ánimo y los cambios de comportamiento, el aprendizaje y los problemas de pensamiento. La causa más común de demencia es el Alzheimer. Existen maneras de prevenir la enfermedad de Alzheimer siguiendo estas 10 cosas a continuación.

Posibles razones de la enfermedad de Alzheimer

Como hemos mencionado, entre los síntomas más habituales de demencia, está el Alzheimer. Otras razones incluyen depresión, medicamentos, problemas de la glándula tiroides, infecciones crónicas, traumatismo craneal, cambios vasculares, enfermedad de Parkinson, deficiencia de vitaminas.

Si la causa de la demencia no puede ser tratada, más y más células cerebrales mueren, y los síntomas se agravan. Sin embargo, si la razón es tratable, como deficiencias de vitaminas, medicamentos, este conjunto de síntomas conocidos como demencia, es reversible.

A pesar de la predisposición genética, la demencia también podría ser el resultado de varios factores psicológicos, ambientales y de estilo de vida.

Estos son los factores de riesgo para la demencia:

  • Heridas en la cabeza
  • Medicamentos que contribuyen al desarrollo de la demencia
  • Uso de alcohol
  • Baja actividad física
  • Factores cardiovasculares (presión arterial alta, colesterol alto, diabetes)
  • Función deteriorada de la glándula tiroides
  • Deficiencias de vitaminas y mala alimentación
  • Fumar

Formas de prevenir la enfermedad de Alzheimer

1. Tomar y cuidar las dosis de complejo de Vitamina B

Estas vitaminas son extremadamente importantes para numerosos procesos celulares. La vitamina B6, B12 y el folato disminuyen los niveles de homocisteína, HC – una molécula que daña el sistema vascular.

Cuando está en niveles altos, eleva el riesgo de accidentes cerebrovasculares, enfermedades del corazón y problemas vasculares que causan el deterioro cognitivo relacionado con el envejecimiento. Para bajar sus niveles, debe tomar complejo B con 500mcg de vitamina B12.

2, Controla tu colesterol, la presión arterial, el azúcar en la sangre en ayunas y el peso

La salud metabólica y cardiovascular, tienen un enorme impacto en el riesgo de enfermedades del corazón, derrames cerebrales y demencia. Los diabéticos de tipo 2 desarrollados en su madurez, tienen un riesgo 50% mayor de desarrollar enfermedad de Alzheimer en comparación con individuos con niveles normales de azúcar en la sangre.

3. Aceite de pescado

Los niveles bajos de DHA (ácido docosahexaenoico), conducen a una pobre memoria y deterioro cognitivo en los ancianos. Se encuentra en el aceite de pescado, por lo que consume este aceite con el fin de prevenir la demencia. Debes tomar 1000mg de DHA diario.

4. Ten cuidado con los medicamentos anticolinérgicos

Los fármacos anticolinérgicos actúan obstaculizando los impulsos nerviosos parasimpáticos. El sistema nervioso automático contiene dos partes principales, la primera es el sistema nervioso parasimpático, que gestiona las actividades que ocurren mientras descansas.

Estos nervios controlan los movimientos musculares involuntarios vinculados a los pulmones, el tracto urinario, el tracto gastrointestinal y otros sistemas corporales.

Numerosos fármacos recetados y de venta sin receta, tales como auxiliares del sueño, fármacos antialérgicos, medicamentos para el corazón y antidepresivos, causan una actividad anticolinérgica leve a fuerte, en el cuerpo humano.

Se ha encontrado que hay una relación entre el aumento de la dosis alta de uso anticolinérgico y el inicio de la demencia. En caso de que estés tomando estos medicamentos, debes consultar a tu médico para limitar su uso o sustituirlos.

prevenir la enfermeda de alzheimer con vitamina d

5. Vitamina D

Numerosos estudios preclínicos, han demostrado el vínculo entre la falta de vitamina D y el deterioro cognitivo, lo que lleva a desarrollar síntomas de demencia.

Debes disfrutar de suficiente luz solar para obtener las cantidades necesarias de vitamina D, y también puedes tomar suplementos que te servirán para prevenir la enfermedad de alzheimer.

6. Protege tu cerebro

Siempre se debe usar casco mientras se monta en bicicleta o moto, para evitar daños al cerebro.

7. Sé físicamente activo

Para fortalecer el sistema vascular, debes mover el cuerpo y mantener el bombeo de tu corazón todos los días. Si eres físicamente activo, serás capaz de prevenir numerosos problemas crónicos de salud. Trata de caminar, correr, andar en bicicleta, o hacer jardinería por lo menos media hora todos los días.

8. Desafía tu cerebro cada día

Al desafiar el cerebro a diario, serás capaz de retrasar la aparición de la demencia. Puedes probar crucigramas, rompecabezas de palabras o aprender un idioma.

Investigadores han encontrado que adultos bilingües retrasan los signos de demencia por 5 años en comparación con aquellos que hablan sólo un idioma. Estudios también han demostrado que, si se hacen a diario crucigramas, retrasa el inicio de la disminución de la memoria de 2 años y medio.

9. Mantente conectado socialmente para prevenir la enfermedad de Alzheimer

Para prevenir problemas de salud, siempre permanece socialmente conectado. De esta manera, evitarás las consecuencias de la soledad y el aislamiento, y mantendrás el estado de ánimo y la salud en un nivel óptimo.

10. Dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol

El consumo excesivo de tabaco y alcohol tiene efectos desastrosos sobre la salud y conduce a varias enfermedades crónicas. Un estudio ha encontrado que los fumadores diarios tienen un riesgo aumentado en un 45% de la enfermedad de Alzheimer en comparación con ex-fumadores y no fumadores

Causas del dolor de talón y como aliviarlo naturalmente

El dolor de talón es una de las molestias que más incomodidad causa a un grupo cada vez más numeroso de personas, sobre todo cuando este dolor es incapacitante,  generando dificultad para la marcha, ocasionando incluso aparición de frustración  y depresión en los casos mas graves.

El dolor en el talón generalmente se asocia a trastornos de la biomecánica (forma inadecuada de caminar) que afecta directamente al hueso del talón y  las estructuras de sostén asociadas a este, (tendones) por aumento de tensión, lo que se traduce en inflamación y dolor.

Cuando se realizan largas caminatas o se emplea calzado incomodo, puede existir una herida en la region plantar, lo cual puede además generar dolor.

Causas del dolor de talón

Este dolor es la expresión directa de la afección del hueso del talón y de los tendones que se fijan a él, por ser este hueso el de mayor tamaño en el pie, es el principal soporte óseo del mismo,  y su afección puede deberse a causas mecánicas o causas externas, secundario a enfermedades sistémicas, que afectan el sistema músculo esquelético; que detallaremos a continuación:

1. Causas biomecánicas

Esto involucra desde cambios en la forma del pie, relacionada directamente con la marcha, que en la mayoría de los casos son de origen congénito o producto de deformidades en las extremidades adquiridas a lo largo de la vida, como pie plano, varismo o valgismo, que afecta la estabilidad mecánica de las extremidades inferiores, ocasionando una inflamación constante de la región plantar.  

2. Fascitis plantar

La fascitis plantar es una inflamación de la fascia del pie (banda fibrosa que sostiene y mantiene el arco plantar) generalmente por traumatismos repetidos, permanecer de pie por períodos prolongados, espolones, sobrepeso o actividad física prolongada, esta es una de las causas mas frecuentes de dolor en el talón que empeora en la mañana al iniciar el caminar.

3. Espolón Calcáneo

Esta es una especie de neocalcificación que se forma en el hueso del talón, como un mecanismo compensatorio por soportar sobrepeso y la presión en la región plantar.

Es frecuente en personas mayores de 40 años con obesidad y que emplean calzado iadecuado, con deformidades en los pies congénitas o adquiridas, se asocia directamente a la aparición de fascitis plantar.

4. Bursitis del talón

La bursa retrocalcánea es un tejido de sostén en forma de pequeña bolsa que se localiza entre el hueso del talón y el tendón de aquiles, cuando esta se inflama, se genera un dolor localizado en la parte posterior del talón, que se exacerba con los movimientos del pie.

Puede aparecer en deportistas por lesiones traumaticas en la zona.

5. Traumatismos en el talón

Cualquier lesión traumática en la región plantar puede generar dolor en el talón, ya sea por un golpe directo, mal movimiento de caída tras un salto, sin embargo, es muy probable que se produzca una herida en la zona.

6. Artritis

Nuestros pies brindan soporte y absorción de impactos para nuestro peso corporal durante toda la vida. Pero con el tiempo, y dependiendo de muchos factores, como los niveles de actividad y el peso, esta presión puede causar desgaste por artritis, por ejemplo, en casos de enfermedades como la osteoartritis y afecciones inflamatorias como la espondilitis anquilosante.

Cómo aliviar el dolor de talón naturalmente

Gran parte de los dolores en el talón, ya sea dolor en la parte posterior del talón o dolor que se irradia en la parte inferior del pie, necesitan un enfoque integral y en varias etapas para tratarlo adecuadamente.

Inicialmente, se recomienda reposo, junto con los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINES) de venta libre, como el ibuprofeno. Después de este período inicial de descanso, es importante tomar medidas activas para reducir el dolor, fortalecer el pie en general y evitar daños mayores.

Aliviar el dolor en el talón puede hacerse a través de algunas medidas naturales o tradicionales, que incluyen:

  • Remedios caseros que pueden ayudar a reducir la inflamación.
  • Ejercicios para el talón.
  • Medicamentos recetados por un especialista.
  • Terapia junto a un fisioterapeuta para rehabilitar el pie.
  • Procedimientos intervencionistas, como ablación por radiofrecuencia o inyecciones.
  • Cirugía para casos severos.

Soluciones naturales:

1. Frio local

Aplica una compresa fría o un trozo de hielo cubierto con una compresa en el talón, en períodos de 30-40 minutos, lo que genera un aumento del flujo sanguíneo, ayudando así a que los factores pro inflamatorios locales se puedan “barrer” logrando mejoría del dolor en los talones.

2. Tintura de árnica

Esta sustancia se emplea tradicionalmente para ayudar en procesos inflamatorios agudos y crónicos, por sus beneficios antinflamatorios. En la mayoría de los casos se aplica con compresas tibias.

3. Adoptando una alimentación balanceada

Evitar el consumo de alimentos que puedan aumentar los niveles de ácido úrico en las articulaciones, especialmente en pacientes con enfermedad de artritis gotosa aguda, de esta manera se reducen las crisis dolorosas

5. Masaje con pelota de tenis

Coloca el talón en el suelo y una pelota de tenis debajo del arco del pie. Poco a poco lleva tu peso hacia adelante sobre la pelota de tenis. Mantén por 30 segundos. Intenta evitar que tus dedos agarren la pelota y muévela hacia el talón. La idea es mover nuestro pie sobre la pelota para que la misma acción del movimiento pueda masajear nuestro pie.

6. Remojar los pies en sales Epsom

Puedes usar las sales de Epsom o sales de árnica en alta concentración para preparar un baño tibio con el que puedes remojar tus pies, este remedio casero es muy efectivo para aliviar los dolores en el talón.

Otras recomendaciones

Incluyen evitar el sobrepeso, usar calzado cómodo tomando en cuenta las características del pie de cada persona, se recomiendan los zapatos y plantillas de apoyo y amortiguación, evitar permanecer de pie de manera prolongada, logrando así mejoría del dolor de talón.

Artritis reumatoide: síntomas, causas y tratamiento

Se calcula que la artritis reumatoide afecta a un 0,5-0,8 % de la población mundial, aunque existen personas no diagnosticadas. En España, se estima que unas 200.000 personas la padecen. Este trastorno afecta sobre todo a mujeres de entre 30 y 50 años, y disminuye en gran medida la calidad de vida de los pacientes, ya que reduce la movilidad de las articulaciones y hace doloroso cualquier movimiento.

El término es un compuesto de palabras de origen griego y significa ‘inflamación de la articulación’, ya que esta es la manifestación principal de la enfermedad. Pese a que puede manifestarse en gran parte del cuerpo, esta inflamación es más acusada en las articulaciones y viene acompañada con frecuencia de dolor muscular o fiebre.

¿Qué es la artritis reumatoide?

La artritis es, como hemos visto, una inflamación de las articulaciones; el término «reumatoide» es un término inespecífico que hace referencias a dolores semejantes en articulaciones, huesos, cartílagos, músculos, ligamentos, tendones y el tejido conjuntivo. No hay que confundir el término con el de «artrosis», relativa a los huesos.

La artritis reumatoide no cuenta con un origen conocido. Ya encontramos su cuadro clínico descrito en textos de hace siglos, pero aún no se ha identificado una causa clara. Se conoce la participación del sistema inmunológico, por lo que se considera una enfermedad autoinmune, y algunos factores de riesgo sí pueden tenerse en cuenta.

Artritis reumatoide

Se trata de una enfermedad degenerativa, lo que significa que sus síntomas se agravan inevitablemente con el tiempo, y únicamente pueden tratar de paliarse. Las articulaciones de un paciente de artritis se deforman dolorosamente hasta adoptar posturas incómodas que no podrán deshacerse. Necesariamente, los afectados por la enfermedad verán reducida su autonomía y no podrán desarrollar su vida con normalidad.

Factores de riesgo de la artritis reumatoide

Los principales factores de riesgo de la artritis son genéticos: alrededor del 60% de la artritis reumatoide tiene factores genéticos. Esto significa que si tenemos familiares, sobre todo de primer grado, con esta enfermedad la probabilidad de que nosotros también la padezcamos aumenta.

Otro factor de riesgo ya mencionado es el sexo del paciente. Las mujeres tienen de dos a tres veces más posibilidades de padecer artritis reumatoide. Se cree que esta propensión se debe a la presencia de una mayor cantidad de estrógenos, los cuales estimulan el sistema inmunológico. Otra hormona que se relaciona con la AR es la testosterona: los hombres con bajos niveles de testosterona son más susceptibles a padecerla.

Efectos de la artritis reumatoide en el cuerpo

Al tratarse de una enfermedad autoinmune, la AR tiene una predilección por las articulaciones. Durante la primera etapa de la enfermedad, solo podemos observar síntomas de la misma en sangre, donde se desarrolla una producción de anticuerpos mayor de lo habitual.

Es en la segunda etapa donde aparece el síntoma más común: la inflamación de las articulaciones, lo cual da el dato clave para el diagnóstico de la enfermedad. La segunda etapa se caracteriza por el crecimiento de estructuras sinoviales alrededor de la articulación. La tercera etapa se caracteriza por la inflamación crónica. En esta etapa, las estructuras que rodean la articulación llegan a degradar el cartílago y el hueso.

Por otro lado, que la AR tenga predilección por las articulaciones no se traduce necesariamente en una afectación única: otras zonas o sistemas de nuestro cuerpo pueden sufrir también. La anemia, por ejemplo, es una consecuencia común de la AR, así como la pleuritis, fibrosis pulmonar y nódulos pulmonares.

Tratamiento de la artritis reumatoide

Entre los tratamientos más comunes se encuentran los antiinflamatorios, que actúan sobre las áreas afectadas por la enfermedad. En las fases iniciales de la AR se recomienda el ejercicio moderado que ayuda a retrasar la aparición de inflamación más seria. En otras ocasiones el reposo es más acertado, acompañado de visitas al fisioterapeuta. Otras recomendaciones son: la modificación de la dieta y el abandono de hábitos poco saludables, como el consumo de tabaco o alcohol.

Como ya hemos visto, la artritis reumatoide de momento no tiene cura, por lo que su tratamiento será siempre paliativo. Esto es, los medicamentos empleados en el tratamiento tendrán como objetivo retrasar las últimas fases de la enfermedad y garantizar al paciente el desarrollo normal en su día a día. No obstante, al tratarse de una enfermedad degenerativa, este propósito no siempre puede cumplirse.

8 síntomas iniciales de la diabetes

La diabetes es una enfermedad crónica relacionada con el metabolismo de la glucosa, el elemento básico que proporciona energía al cuerpo. Se trata de una incapacidad por parte del organismo de regular la cantidad de azúcar que circula por la sangre. En consecuencia, los niveles de azúcar en el torrente sanguíneo son demasiado altos. De hecho, si no se trata adecuadamente, pueden dañarse los tejidos o aparecer complicaciones graves. 

La insulina, una hormona que produce el páncreas, es la encargada de la regulación del azúcar. Así, la diabetes se origina cuando el cuerpo no produce la suficiente insulina o bien se ha desensibilizado y no se utiliza de forma eficaz, existiendo así varios tipos de esta enfermedad: diabetes mellitus tipo 1, diabetes mellitus tipo 2 y diabetes gestacional.

  • La diabetes tipo 1 suele manifestarse en las primeras etapas de la vida de manera brusca. En la mayoría de los casos está relacionada con procesos autoinmunes deficientes en los que el páncreas no es capaz de producir insulina y no tiene cura.
  • La diabetes tipo 2 suele aparecer en edades más avanzadas, generalmente después de los 40 años y suele ser más frecuente que la tipo 1. Se origina por una escasez de insulina y un aprovechamiento deficiente de esa hormona. Este tipo de diabetes se contrarresta con un cambio de estilo de vida relacionado con la alimentación y el ejercicio.
  • La diabetes gestacional se diagnostica durante en el embarazo y se produce cuando el cuerpo de la madre no es capaz de producir la suficiente insulina o no la utiliza en cantidades necesarias para el embarazo. El tratamiento suele realizarse a través de la dieta.

Los últimos estudios estiman que 1 de cada 11 personas en el mundo padece diabetes. Por todo esto, es muy importante detectar los síntomas iniciales de la diabetes. Solo así será posible evitar complicaciones graves que requieran una hospitalización de urgencia.

Palabra diabetes con letras de colores

9 síntomas iniciales de la diabetes

Los síntomas que encontrarás a continuación pueden darte pistas para saber si estás sufriendo un inicio de diabetes. Sin embargo, recuerda que la única manera de estar totalmente seguro es consultando a un profesional de la salud. Por lo tanto, utiliza la siguiente lista de forma informativa y acude al médico si crees que puedes estar desarrollando esta enfermedad.

1- Micción frecuente

El primero de los síntomas iniciales de la diabetes que deberían ponerte en alerta es el aumento de la micción. Este hecho se debe al exceso de glucosa en la sangre. Esta interfiere con la capacidad del riñón para concentrar la orina. Así, en sus primeras etapas la diabetes produce que se consuman más líquidos para saciar la sed y, en consecuencia, se produce una mayor necesidad para orinar.

2- Sed

Como hemos mencionado anteriormente, la necesidad de ingerir líquidos es uno de los síntomas más comunes de la diabetes. Si notas que tienes mucha más sed de lo normal, debes tener cuidado de no consumir en exceso bebidas azucaradas. Estas aportan un exceso de azúcar, lo que puede empeorar aún más el problema.

3- Cambio de peso

Las fluctuaciones de peso también caen bajo el paraguas de posibles signos y síntomas iniciales de la diabetes. Cuando se pierde azúcar al orinar con frecuencia, también se pierden calorías.

Al mismo tiempo, la diabetes desregula por completo el mecanismo de saciedad del cuerpo. Por eso, es frecuente que las personas que la sufren sigan comiendo aunque ya estén llenas. Debido a ello, es habitual que aumente el peso de manera repentina.

«La buena salud y el buen juicio son dos de las mayores bendiciones de la vida».

-Publilio Siro-

4- Cambios emocionales

Los picos de glucosa en personas con diabetes también causan una montaña rusa de emociones. Cuando el nivel de azúcar en la sangre es alto, el estado de ánimo puede verse alterado. Cuantos más picos de insulina tenga el cuerpo, mayores serán estos cambios sentimentales.

5- Hormigueo de manos y pies

Algunos de los síntomas más incómodos de la diabetes son los escalofríos, inflamación, hormigueo y entumecimiento de los dedos y de los pies. Este malestar se produce cuando el exceso de glucosa en el cuerpo provoca neuropatía. Si la diabetes no se detecta con tiempo, estas sensaciones pueden ser permanentes y volverse más graves.

6- Infecciones frecuentes o recurrentes

La diabetes causa un estado de inmunosupresión, haciendo que las personas afectadas sean susceptibles a las infecciones. Por eso, es frecuente que los síntomas iniciales de diabetes correlacionen con enfermedades como candidiasis, neumonía, infecciones del tracto urinario y erupciones infecciosas.

7- Irritación de las encías

Los diabéticos a menudo notan que sus encías se vuelven rojas, hinchadas e irritadas. Cuanto más tiempo persista la inflamación, más se deteriorarán estas. Si este problema no se trata, es posible que acabe por afectar a la salud de los dientes.

8- Visión borrosa

Se trata de uno de los signos más preocupantes de la diabetes precoz. Los trastornos de la visión están estrechamente relacionados con la glucosa en sangre. Cuando este elemento se encuentra en grandes cantidades, la persona puede desarrollar visión borrosa y la sensibilidad a la luz puede verse afectada.

Afortunadamente, una vez que la glucosa en sangre se estabiliza, la visión vuelve a la normalidad en la mayoría de los casos. Pero si se mantiene alta durante períodos prolongados, este hecho puede dañar la visión de forma permanente.

En resumen, estar atento a estos síntomas iniciales de la diabetes puede ayudarte a detectar y tratar esta enfermedad a tiempo. Por eso, si crees que estás en riesgo de sufrirla, presta atención a tu cuerpo y a lo que sientes. Si en algún momento se te presentan varios de ellos, no dudes en acudir lo más rápido posible a un profesional de la salud.

¿Por qué deberíamos beber un vaso de agua tibia con limón por las mañanas?

Beber un vaso de agua tibia con limón por las mañanas es un hábito saludable. Así, y aunque no sea ni mucho menos una fórmula milagrosa, este sencillo remedio natural tomado en ayunas resulta beneficioso para nuestro organismo y el cerebro. Nos hidrata, nos aporta potasio, es una fuente de vitamina C y además podemos aprovechar sus virtudes alcalinas.

Se ha escrito mucho sobre los beneficios que puede aportar beber agua con limón. De hecho, podríamos decir que pocas propuestas naturales son tan conocidas y cuentan además con tanta tradición. Los propios refraneros populares nos recuerdan generación tras generación aquello de «con ajo y limón, no necesitarás ni una inyección» o que «el que quiera vivir mucho y sin dolor, a la noche naranja y a la mañana zumo de limón».

«De la naranja lo que quisieres, de la lima lo que pudieres, y del limón cuanto tuvieres».

-Refranero-

Ahora bien, ¿qué hay de verdad en todas estos consejos? ¿Es el agua con limón tan fabulosa como nos venden? La respuesta es no. Beber un vaso de agua tibia con limón por las mañanas no cura nada. No hará que perdamos peso, no nos librará de un resfriado ni hará que nuestra piel luzca más joven y sin manchas. Esta propuesta natural lo que sí hará es contribuir, gracias a sus micronutrientes, flavonoides y ácidos orgánicos, a un mejor equilibrio interior.

Reforzará nuestro sistema inmunitario y será un buen agente cardiovascular y neuroprotector. En esencia, esta sencilla propuesta puede alzarse como un hábito saludable más que podemos incluir en nuestra rutina cotidiana. 

Mujer que bebe agua tibia con limón por las mañanas

Beneficios de beber un vaso de agua tibia con limón por las mañanas para el cerebro

Asimismo, y no menos importante, tampoco podemos olvidar que el limón es rico en potasio. Este mineral cuida y favorece la actividad de las células nerviosas. De ese modo, si nos animamos a beber un vaso de agua tibia con limón por las mañanas, muchos de nuestros procesos cognitivos mejorarán.

Preparar tu cuerpo para la digestión y la correcta absorción de los nutrientes

Puede que al principio nos cueste un poco. Nada más levantarnos, lo que más nos apetece es un café, algo dulce, leche, unas tostadas… Pensar en un vaso de agua tibia con limón por las mañanas les produce a muchos algo de grima e incomodidad. Sin embargo, a largo plazo los beneficios se notan y ese pequeño esfuerzo valdrá la pena.

La valdrá, en primer lugar, porque nuestra digestión mejorará. El hecho de tomar un vaso de agua tibia en ayunas y con el estómago vacío es un acierto. Siempre que no tengamos úlceras u otros problemas de salud, esta propuesta supone relajar los músculos estomacales, facilitar la motilidad intestinal y depurar toxinas.

En segundo lugar, propicia un clima interior más limpio, listo para absorber mejor los nutrientes. Dispondremos de un sistema digestivo más hidratado y alcalino, capaz de recibir el resto del desayuno de forma más saludable.

Hombre fortaleciendo defensas gracias a beber agua tibia con limón por las mañanas

Un sistema inmunitario más fuerte

Lo señalábamos al inicio: beber agua tibia con limón por las mañanas no cura enfermedades. Ahora bien, lo que sí hará es fortalecer nuestro sistema inmunitario. Dispondremos de mejores defensas para hacer frente a cualquier agente vírico o infeccioso. Asimismo, y a pesar de que esa cantidad de zumo de limón combinada en agua no sea muy elevada, día a día podremos ir acumulando sus nutrientes.

El limón no solo es rico en vitamina C. En su pulpa y en su piel hay todo un tesoro de vitaminas del complejo B, así como múltiples minerales. Vale la pena, por tanto, ese pequeño esfuerzo matutino. Nuestras defensas lo agradecerán.

Reduce el estrés

Este dato es interesante. Gracias a unos trabajos de investigación llevados a cabo hace dos años, se demostró que la vitamina C nos ayuda a reducir el estrés. En las farmacias, como sabemos, se venden abundantes suplementos nutricionales ricos en este tipo de vitamina, y de hecho, muchos la consumían sin saber que hacía algo más que fortalecer las defensas.

La vitamina C reduce el cortisol en sangre. Nos ayuda a estar más relajados y concentrados. Por tanto, beber en ayunas un vaso de agua con limón es una vez más, un regalo para el cerebro. No cuesta nada, es sencillo y los resultados se notan.

Para concluir, solo cabe señalar un pequeño aspecto. Cada persona tiene una tolerancia a este cítrico. Lo ideal es combinar un vaso de agua con el zumo obtenido de medio limón. Debemos procurar además que sean de cultivo orgánico, de este modo nos aseguramos de que contienen todas sus vitaminas, todas sus propiedades.

Así, y en caso de que notemos que nos sienta mal esta cantidad, no dudemos en reducir la dosis. A veces, una simple rodajita exprimida también nos puede ayudar y beneficiar. Lo importante es ser constantes y mantener siempre unos hábitos de vida saludables.

“El cerebro puede enfermarnos”

Cuando se dice que “el cerebro puede enfermarnos”, se hace alusión a un hecho: muchas enfermedades orgánicas tienen su origen en problemas psíquicos no resueltos.

La doctora Suzanne O’Sullivan es una famosa neuróloga, autora del libro Todo está en tu cabeza. En esa obra, insiste en una idea: “El cerebro puede enfermarnos”. Se refiere al desconocido mundo de la enfermedad psicosomática.

Las enfermedades psicosomáticas son conocidas desde hace mucho tiempo, pero aún en pleno siglo XXI siguen planteando interrogantes y despertando mucha incomprensión. Muchos piensan en ellas como si fuesen simulaciones. No son conscientes de que, como lo señala O’Sullivan, “El cerebro puede enfermarnos”.

Las enfermedades psicosomáticas no son enfermedades falsas. Lo que ocurre es que sus síntomas se desencadenan por razones mentales.

Por lo tanto, un dolor de piernas psicosomático es totalmente real, lo que ocurre es que el problema no está en la piernas. Quien lo padece, lo sufre, igual que si existiera un daño en la extremidad. Lo que pasa es que no obedece a una razón física, sino a una condición psíquica. De ahí que afirmemos que “El cerebro puede enfermarnos”.

De noventa enfermedades, cincuenta las produce la culpa y cuarenta la ignorancia”.

-Paolo Mantegazza-

Lo psicosomático

O’Sullivan recuerda que todas las emociones generan cambios físicos. Como ejemplo pone aquello que podemos sentir ante la presencia de un ser amado: “mariposas en el estómago”. Es una sensación física originada en los sentimientos y las emociones. Lo mismo pasa cuando, por ejemplo, hablamos en público. El corazón late más fuerte y las piernas tiemblan.

En esos ejemplos, nadie pone en tela de juicio esa conexión entre emociones y manifestaciones físicas. En cambio, cuando se habla de enfermedad psicosomática, aparecen los problemas. Muchos piensan que el miedo sí puede originar un temblor en las piernas, pero se niegan a reconocer que ese mismo miedo, en ciertas circunstancias, origina síntomas más graves.

Es una contradicción en la que también caen muchos médicos. Hay una fuerte tradición que lleva a separar la mente del cuerpo y a considerar los fenómenos de la mente como “ficciones”, y los fenómenos físicos como “reales”. Si los dos ámbitos estuviesen separados, no sentiríamos “mariposas en el estómago”, ni escalofríos, ante situaciones con alta carga emocional.

“El cerebro puede enfermarnos”

Para la propia Suzanne O’Sullivan fue toda una sorpresa comprobar que “el cerebro puede enfermarnos”. Al comienzo de su práctica médica como neuróloga, recibía pacientes con síntomas graves.

Por ejemplo, tuvo muchos pacientes que presentaban convulsiones epilépticas. Sin embargo, al investigar, descubría que no había un patrón neurológico que las explicara.

Muchas veces se preguntó si esos pacientes estaban fingiendo. Con el tiempo, descubrió que no era así. Estas personas sufrían sus convulsiones y su epilepsia igual que aquellos en los que sí era posible identificar una causa neurológica.

Así fue como entendió que “el cerebro puede enfermarnos”, es decir, que a veces la causa de un cuadro sintomático se origina en la mente y no en el cuerpo. Las manifestaciones de la enfermedad son básicamente las mismas, lo que varía es el origen y, por lo tanto, el protocolo de intervención recomendado.

Un problema generalizado

O’Sullivan cuenta que muchos de sus pacientes se mostraban decepcionados, incluso molestos, cuando les informaba que su problema era psicosomático. Pedían que les repitieran los exámenes o buscaban segundas opiniones. De alguna manera, esta tendría que haber sido una buena noticia para ellos, pero no fue así. En muchos casos sintieron que estaban siendo considerados «locos».

En este sentido, parece que somos bastante menos hábiles a la hora de identificar síntomas emocionales, en cambio sí lo somos camuflándolos o derivándolos. De manera que ese malestar retorna muchas veces en forma de un síntoma físico, que habitualmente es de orden psicosomático. Entonces, al hacer el diagnóstico, la persona tendría que reconocer eso que antes decidió ignorar. Y muchas no están preparadas para ello o son incrédulas frente a esta relación.

Hay un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el cual una de cada cinco personas tiene al menos seis síntomas físicos que no se pueden explicar por una afectación orgánica. Es decir, que tienen problemas psicosomáticos. Otro estudio señala que entre los enfermos que están hospitalizados, al menos el 30 % corresponden a casos de enfermedades psicosomáticas.

En muchos casos, el problema sigue siendo la resistencia de muchos pacientes a aceptar el diagnóstico; su temor a que exista una causa orgánica que se haya pasado por alto o la motivación por simplificar la intervención, depositando la responsabilidad sobre fármacos o intervenciones quirúrgicas, son dos de los principales constructores de esta resistencia. Por otro lado, esta supone un problema, ya que es necesaria la colaboración activa del paciente para atacar eso que se ha somatizado y produce la sintomatología.

En cualquier caso, el sufrimiento es real y, por lo tanto, nuestro deber como sociedad es seguir investigando, al mismo tiempo que derribamos muchos de los mitos que rodean a los problemas psicosomáticos. Y es que sí, «el cerebro puede enfermarnos.»

Déficit de vitamina B12 y su impacto en nuestro cerebro

La vitamina B12, conocida también como cobalamina, es esencial para la salud de nuestro cerebro. No obstante, una parte de la población sufre un déficit de este nutriente, provocando que de forma lenta, pero progresiva, experimentemos problemas de concentración, cambios de ánimo, etc. Asimismo, esta vitamina es clave para el buen funcionamiento de muchos procesos vitales.

En el cuidado de nuestra salud, esencialmente a través de la dieta, hay indicadores, como los niveles de hierro, de potasio, de fósforo o de la vitamina C, a los que muchas personas les prestan atención. Ahora bien, la mayoría apenas hemos oído o leído casi nada de ese nutriente soluble esencial para el funcionamiento del cerebro, del sistema nervioso y para la formación de la sangre y la síntesis de determinados tipos de proteínas.

La vitamina B12 es un blindaje para nuestro cerebro: cuida de nuestras funciones cognitivas y de nuestra salud psicológica.

El gran problema de la vitamina B12 es que a medida que nos hacemos mayores sus niveles descienden de forma directa. Esto es así porque nuestro sistema digestivo se debilita y no la sintetiza de forma adecuada. Asimismo, no cuidar adecuadamente de nuestra alimentación, restringiendo mucho o eliminando ciertos tipos de alimentos, como las carnes, sin ingerir de otra manera los nutrientes que nos aportan, provoca que poco a poco la cobalamina altere muchos procesos básicos, tanto orgánicos como psicológicos.

Como curiosidad basta decir que una de las pruebas diagnósticas que piden muchos psiquiatras antes de tratar a sus pacientes es la de la vitamina B12. Saben bien que cuando una persona tiene en su sangre un nivel bajo de esta vitamina pueden aparecer diferentes alteraciones mentales.

Vitamina B12, muy necesaria para nuestra salud cerebral

Es interesante saber antes de nada que la vitamina B12 es la más compleja de todas las vitaminas. Es básica para nuestro desarrollo, y esencial también para llegar a edades avanzadas en buen estado físico y sobre todo, mental. Ahora bien, hasta no hace mucho el déficit de esta vitamina se asociaba en exclusiva a un tipo de anemia, esa donde los glóbulos rojos son más grandes de lo normal y donde los pacientes experimentan graves calambres en manos y piernas.

Sin embargo, una deficiencia en este componente media (no determina) en la aparición de los trastornos de ansiedad y las depresiones. Podríamos decir por tanto que la vitamina B12 actúa como protector cerebral, y una falta de ella puede favorecer la aparición de los siguientes problemas:

  • Una deficiencia de vitamina B12 en las embarazadas pone en riesgo el correcto desarrollo cerebral del feto.
  • La vitamina B12 promueve la formación de serotonina, la hormona de la felicidad. Un déficit de ella puede favorecer que nos sintamos más apáticos, nerviosos, con mal humor.
  • Esta vitamina optimiza la función de las neuronas. Por tanto, si mantenemos un nivel más bajo de vitamina B12 durante un tiempo correremos un riesgo mayor de sufrir demencias, como el Alzheimer (recordemos, hay una correlación pero no una causalidad directa).
  • Se sabe que las personas con esquizofrenia y autismo suelen tener un nivel bajo de vitamina B12.
  • Una carencia de este nutriente cursa con baja energía, falta de concentración, pérdidas de memoria, etc.

¿Qué podemos hacer para cuidar nuestros niveles de vitamina b12?

Antes de asumir o dar por sentado que sufrimos un déficit de vitamina B12, es conveniente consultar con nuestro médico o con un buen nutricionista. Serán los expertos quienes valoren en función de nuestra sintomatología y análisis diagnósticos si necesitamos o no recurrir a los suplementos vitamínicos.

Así, lo mejor en todos los casos será cuidar de nuestra alimentación. No obstante, algo que sí se sabe es que a partir de los 50 años empezamos a perder niveles de vitamina B12. Por tanto, nunca está de más tenerlo muy presente para hablarlo con un especialista y seguir una estrategia médica y alimenticia adecuada.

Veamos ahora qué consejos podemos aplicar en nuestro día a día para no sufrir un déficit de vitamina B12.

Salmón

Ideas para aumentar los niveles de vitamina B12

Vamos con algunas ideas para aumentar nuestros niveles de vitamina B12:

  • No tomar más de 2 o 3 tazas de café al día.
  • Aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina B12:
    • Ostras.
    • Almejas.
    • Pulpo.
    • Hígado de cordero.
    • Salmón.
    • Arenques.
    • Cereales de gran entero.
    • Atún.
    • Bacalao.
    • Langosta.
    • Queso.
    • Huevos.
  • Los antiácidos y protectores de estómago suelen destruir la vitamina B12.
  • La aparición de parásitos intestinales dificulta la absorción de ésta vitamina. No cuesta nada consultarlo con nuestro médico y seguir un tratamiento.
  • Podemos hacernos también la prueba de la bacteria Helicobacer Pylori. Su presencia resulta peligrosa para nuestra salud en muchos casos.

Para concluir, como podemos ver no es muy complicado ni costoso cuidar de nuestros niveles de vitamina B12. Basta con seguir una dieta variada y equilibrada y basta también con atender nuestra salud digestiva e intestinal para que nuestro organismo no degrade esta vitamina, y pueda por sí misma llevar a cabo sus valiosas funciones vitales.

La vitamina C nos ayuda a reducir el estrés

Según nos señalan diversos estudios, la vitamina C nos ayuda a reducir el estrés y mejora, incluso, los procesos cognitivos. Lo logra en primer lugar, reduciendo el nivel de cortisol en sangre. Asimismo, actúa también sobre el sistema nervioso, ya que favorece la formación de mielina en las neuronas. De este modo, mejora la comunicación de las células y optimiza con ello procesos como la memoria.

Refranes tan clásicos como»la naranja, el limón y la granada antes que nada», nos dan un ejemplo de la valoración que han tenido estos alimentos en nuestra cultura. Así, en el pasado, y para hacer frente a esas duras travesías en barco que llevaban a cabo nuestros marinos, entre la carga básica siempre había cítricos para prevenir el escorbuto.

Ahora bien, en nuestro día a día casi siempre relacionamos la vitamina C como ese elemento clave para prevenir gripes y resfriados. No obstante, cabe señalar que este tipo de nutriente, por sí mismo no salva, ni cura ni evita dolencias. Nos ayuda eso sí, a prevenir, a fortalecer las defensas y a favorecer una serie de procesos básicos que pueden mediar en nuestro bienestar.

Es un nutriente esencial y como tal, debe estar en nuestra dieta. Sin embargo, es interesante saber también que la vitamina C nos ayuda a tener un cerebro más sano. Veamos los datos que sostienen esta idea.

Mecanismos por los cuales la vitamina C nos ayuda a reducir el estrés

Un estudio de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon fue la puerta al mundo de un interesante descubrimiento. Se pudo ver que, cuando una persona tiene un déficit de vitamina C, los receptores tipo GABA dejan de funcionar de manera adecuada. Pensemos que el ácido gamma-aminobutírico tiene funciones muy importantes dentro del sistema nervioso central:

  • Un nivel bajo de este neurotransmisor se asocia a trastornos de ansiedad, insomnio o depresión.
  • En cambio, disponer de una cantidad elevada de GABA favorece procesos como la relajación, la concentración, la memoria, la reducción de la sensación de miedo o alarma, etc.

El doctor Henrique von Gersdorff científico y coautor del estudio, señala que es probable que la vitamina C tenga una función más importante de lo que creíamos en nuestro cerebro.

De hecho, se sabe también que favorece la síntesis de varios neurotransmisores, y que su presencia es fundamental para convertir la dopamina en serotonina y que además, modula la liberación de neurotransmisores en las células nerviosas.

El cerebro necesita vitamina C

La vitamina C nos ayuda a reducir el estrés porque actúa básicamente, como un neuromodulador. Así, y aunque a menudo se nos comente aquello de que debemos elevar el consumo de fruta y verdura fresca para disponer de ese nutriente esencial, es interesante recordar un curioso aspecto.

La parte de nuestro cuerpo que más parece necesitar vitamina C es el cerebro. De hecho, se ha podido comprobar que cuando el cuerpo humano está privado de vitamina C, este elemento permanece en el cerebro durante más tiempo que en cualquier otro lugar de nuestro organismo.

La ciencia aún no comprende en cuántos procesos y mecanismos puede mediar. Sin embargo, hay uno que sí se conoce y que se ha podido demostrar: la vitamina C reduce el nivel de cortisol en sangre.

  • Estudios como el llevado a cabo por los doctores Oliveira J , de Souza VV y Motta V en el 2015, demostraron que la vitamina C nos ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, al regular la producción de esta hormona (cortisol).
  • Además, en este estudio se pudo ver cómo un grupo de estudiantes de secundaria puntuaron mejor en tareas de memoria y concentración, tras unos meses aumentando su consumo de vitamina C
  • La vitamina C, además, es fundamental para la síntesis del colágeno. Gracias a este elemento no solo se cuida de la salud y resistencia del los dientes o los huesos. Además, mejoramos la integridad y resistencia de los vasos sanguíneos, algo esencial para optimizar nuestros procesos cognitivos.

¿Cómo podemos cuidar de nuestros niveles de vitamina C?

Por curioso que nos parezca, y tal como nos indican los especialistas, es muy común tener un nivel insuficiente de vitamina C. Siempre pensamos aquello de que sin este elemento esencial, seremos más proclives a sufrir condiciones como resfriados o mala cicatrización de las heridas.

Sin embargo, tal y como hemos señalado, el órgano que más parece necesitar vitamina C es el cerebro. Sin ella nos notaremos más agorados. Tendremos problemas de concentración, además de una mayor sensación de estrés. Asimismo, también debemos recordar que necesitamos del ácido ascórbico (vitamina C) para mejorar la absorción del hierro.

Veamos por tanto qué debemos hacer para mejorar sus niveles.

  • La ingesta diaria de vitamina C recomendada está entre los 75 y 90 miligramos.
  • En lugar de recurrir a los clásicos suplementos, siempre es mejor seguir una dieta adecuada rica en los siguientes alimentos:
    • Naranjas y limones.
    • Mangos.
    • Granadas.
    • Grosellas.
    • Guayabas.
    • Brócolis.
    • Pimientos rojos.
    • Fresas

Para concluir, sabemos ya que la vitamina C nos ayuda a reducir el estrés. No obstante, no olvidemos también mejorar nuestros hábitos de vida. Evitar el tabaco, realizar algún deporte e integrar en el día a día adecuadas técnicas de relajación y gestión de la ansiedad y el estrés nos servirá también de ayuda.

Aneurisma cerebral: definición, síntomas y tratamientos

10 de cada 10.000 personas puede sufrir un aneurisma cerebral en su vida. A pesar de que no presenta síntomas, esta condición vascular suele tener unos factores de riesgo que deberíamos tener en cuenta.

Un aneurisma cerebral es una dilatación de la pared de una arteria en el cerebro. Lo más complejo de estas condiciones vasculares es que no suelen presentar síntomas. Así, poco a poco, y sin que la persona lo perciba, esa área se va abultando con el consecuente riesgo de que acabe rompiéndose. Las consecuencias, en caso de no actuar con rapidez, pueden ser fatales.

La mayoría conocemos a alguna persona que ha sufrido esta realidad tan delicada. Hay quien, gracias a una detección temprana, ha podido beneficiarse de una rápida intervención (como la clásica embolización), para poder hacer vida normal sin mayores secuelas. Otros pacientes, en cambio, arrastran los efectos de la rotura del aneurisma.

Sea como sea, hay un dato que no debemos descuidar. A pesar de que sea una condición que suele aparecer con mayor frecuencia entre los 40 y los 65 años de edad, también puede manifestarse en personas jóvenes e incluso en niños. A veces, ciertos problemas genéticos o malformaciones arteriovenosas derivan en la aparición de esas alteraciones en las arterias cerebrales tan peligrosas.

Los aneurismas cerebrales pueden desarrollarse en cualquier persona sin importar la edad, pero son más comunes en personas mayores de 40 años y en especial en mujeres.

Cerebro con aneurisma cerebral

¿Qué es un aneurisma cerebral?

Un aneurisma cerebral es una alteración vascular que puede aparecer en un arteria o vena del cerebro. El flujo sanguíneo se acumula en un segmento y aparece una dilatación en un vaso sanguíneo, adquiriendo la forma de un globo.

Por otro lado, tal y como nos explican en un estudio llevado a cabo por el departamento de cirugía de la facultad de medicina de la Universidad de Oklahoma, la localización de casi el 85% de los aneurismas es casi siempre la misma: justo en la base del cerebro. Exactamente en el círculo de Willis.

Asimismo, es común que dependiendo de su forma, tamaño y localización podamos diferenciar tres tipos de aneurismas cerebrales:

  • Aneurisma sacular o sacciforme: aparece en la pared de una arteria. No son congénitos y se desarrollan a lo largo de nuestra vida. Son los más comunes.
  • Fusiforme. En este caso estamos ante un aneurisma mucho más complicado de detectar y tratar. En lugar de tener una forma abombada, tienden a afectar a gran parte de la arteria cerebral, creando una trombosis.
  • Aneurisma disecante. Esta tipología es menos común y afecta a la población más joven. Aparecen como origen de diversas alteraciones como problemas hereditarios, infecciones, artritis, displasia fibromuscular, ateroesclerosis, etc.

¿Cuáles son los síntomas de un aneurisma cerebral?

Tal y como hemos señalado al inicio, es común que un aneurisma cerebral sea asintomático. Ahora bien, cuando evidencian unas características evidentes es cuando aparece una rotura. Es en ese momento cuando debemos proceder a una rápida actuación, de ahí que debamos tener muy en cuenta las siguientes pistas:

  • Dolor de cabeza repentino y muy intenso. Muchas personas lo describen como la peor cefalea de sus vidas, algo intenso y paralizador que origina rigidez en la nuca, lagrimeo en un ojo e incluso parálisis de uno de ellos.
  • Asimismo, es común que aparezcan vómitos y mareo.
  • Molestias al ver la luz.
  • Problemas de coordinación y movimiento.
  • Dificultades para pensar con claridad.
  • Trastornos del habla (afasia).
  • Pérdida del conocimiento.

Diagnóstico de los aneurismas

Los médicos disponen generalmente de diferentes escalas para evaluar la gravedad del aneurisma cerebral. Las más comunes son las escalas de Glasgow (en caso de que la persona haya perdido el conocimiento) y la escala de Hunt y Hess. En este último caso se valoran las siguientes dimensiones:

  • Grado del dolor de cabeza y rigidez de la nuca.
  • Somnolencia y grado de confusión mental.
  • Aparición o no de hemiparesia (parálisis en un lado del cuerpo o rostro)
  • Aparición del coma, estado de máxima gravedad y peor pronóstico.

Asimismo, y en caso de que tengamos antecedentes familiares, es recomendable realizarnos chequeos y pruebas diagnósticas. El modo más común para identificar la presencia de un aneurisma cerebral antes de que este se rompa es del siguiente modo:

  • Tomografía computerizada.
  • Angiografía cerebral.

Por otro lado, cabe señalar un aspecto. Son muchas las personas que fallecen sin saber que padecen una aneurisma cerebral. Es decir, no todas estas alteraciones cerebrovasculares termina con una rotura; la probabilidad no es muy alta pero como tal, puede suceder con el consecuente riesgo.

Tratamiento

A la hora de tratar un aneurisma cerebral, se tienen en cuenta múltiples factores. El primero, es si ha aparecido ya una rotura del mismo o no.

El segundo es el tamaño, la localización, la edad del paciente y otras condiciones neurológicas asociadas. No obstante, la buena noticia es que en caso de que haya una detección temprana los tratamientos son efectivos y no se requiere de una cirugía muy compleja, basta con un enfoque endovascular. Estos son los más comunes.

Embolización Endovascular

  • La técnica consiste en introducir un pequeño catéter por la ingle del paciente siguiendo la arteria cerebral hasta el cerebro. Una vez ahí se bloquea el aneurisma.
  • Se hace uso de los stents, dispositivos que controlan y canalizan estas patologías.

Bypass Cerebral

  • La aplicación de un bypass cerebral requiere que el paciente esté ingresado entre tres y cinco días. En este caso, la intervención es un poco más compleja que la embolización, porque requiere llevar a cabo una pequeña craneotomía para aplicar ese bypass que tiene como finalidad regular y reducir el flujo de sangre anormal a esa arteria o vena.

Procedimiento de bloqueo quirúrgico

Por último, y en casos más graves, los médicos pueden optar por una intervención que requiere hacer una incisión en el cráneo. Ahora bien, el ingreso es corto y la intervención sencilla. Se insertan unos dispositivos de titanio para canalizar y tratar el aneurisma.

Sea como sea, todos estos tratamientos son altamente efectivos en caso de el aneurisma no esté roto. Queda claro que no siempre se tiene esa suerte, que no siempre somos conscientes de su existencia porque estas condiciones son asintomáticas. No obstante, es necesario tener presente esta información en todos los casos para estar prevenidos y saber cómo actuar.