Así afecta el COVID-19 a tu cuerpo y pulmones

El COVID-19 produce fiebre, tos y congestión nasal. Si la infección se complica, puede llevar hasta a un fallo respiratorio y la muerte. Los grupos más afectados son los ancianos y las personas con el sistema inmune comprometido.

El COVID-19 es el virus que ha sacudido gran parte del planeta en las últimas semanas. La infección por este virus ha pasado a ser una pandemia que está infectando a un número elevado de personas, especialmente en China y Europa.

El coronavirus constituye una familia de diferentes virus que pueden causar distintas afecciones. En concreto, el COVID-19 es un virus de origen animal que se ha formado a partir de una mutación del virus. Fue detectado en Wuhan, una ciudad china, en el pasado diciembre.

Esta nueva cepa no se había encontrado antes en los humanos. El gran problema de esta infección es que su capacidad de contagio es muy elevada. Además, la mortalidad en personas mayores o en aquellos con el sistema inmune débil es superior al 15 %.

Sin embargo, aún hay muchas personas que desconocen cuál es el efecto que produce este virus en nuestro organismo. Por ello, en este artículo te explicamos cómo afecta el COVID-19 a tu cuerpo.

¿Qué efectos tiene el COVID-19 en el cuerpo?

El COVID-19 es un virus que puede causar diferentes afecciones. La mayoría de personas que se infectan -casi un 80%- solo experimentan síntomas leves. Aparecen de forma gradual y no suelen provocar complicaciones. Estos síntomas son:

  • Fiebre: en torno a los 38 ºC
  • Dolor de garganta
  • Tos 
  • Congestión nasal
  • Cansancio y dolor muscular generalizado

El coronavirus afecta a los pulmones

Que el coronavirus afecta a los pulmones es un dato que ya está suficientemente reconocido. Lo que no se sabe es hasta qué punto, y tampoco si habrá secuelas de esta afección. De momento, un grupo perteneciente a la Autoridad del Hospital de Hong Kong señaló que encontró daños importantes en un pequeño grupo de personas recuperadas de la enfermedad.

La información apareció inicialmente en el South China Morning Post y señala que se hizo una evaluación detallada a 12 pacientes que padecieron el COVID-19. Las pruebas iniciales sugieren que dos o tres de ellos mostraron una disminución de entre el 20 y el 30 % en su capacidad pulmonar.

Así mismo, los médicos encontraron que en el 85 % del grupo se apreciaban patrones de vidrio esmerilado en sus pulmones. Este es un fenómeno por el cual se acumula líquido en los pulmones y luego se cristaliza. Significa que hay un daño pulmonar que, al menos hasta el momento, no ha desaparecido tras el alta otorgada posterior a la infección por COVID-19.

No obstante, cualquier persona, especialmente los ancianos y aquellos con un sistema inmune debilitado, pueden evolucionar hacia un cuadro más grave. En estas personas aparece dificultad para respirar y se puede llegar a un fallo respiratorio.

La población de riesgo incluye también a diabéticos, hipertensos y enfermos cardíacos. Los síntomas aparecen, de media, unos 5 días después del contagio. Sin embargo, el periodo de incubación del COVID-19 puede ser de hasta 14 días.

¿Cómo se transmite el COVID-19?

El COVID-19 se transmite principalmente por gotas procedentes de nuestro aparato respiratorio. Son pequeñas gotitas que expulsamos al toser o al estornudar. Por ello, se dice que el virus se propaga entre personas, especialmente en lugares donde hay mucha aglomeración de gente.

El virus puede contagiar a distancias de entre 1 y 2 metros, de ahí que esta sea la distancia de seguridad que debemos mantener entre unos y otros. No obstante, parece que esta no es la única forma de transmisión.

Según informan los científicos, estas pequeñas gotas también pueden contaminar objetos y superficies. De esta manera, una persona sana podría infectarse al contactar con un objeto contaminado.

Además, hay que destacar que los niños son un grupo clave de esta pandemia. Esto no es debido a su sistema inmunitario, sino a su tendencia de tocar todo e introducirse objetos y sus propias manos en la boca. Por ello, hay que tener especial precaución con ellos, ya que se convierten en reservorios que esparcen el COVID-19.

¿Cómo se previene el contagio?

Para evitar el contagio por el COVID-19, lo primero es respetar las normas que se están imponiendo en cada país. En España, por ejemplo, es primordial mantener el periodo de confinamiento en casa. Se recomienda salir solo para cuestiones excepcionales.

Además, es importante lavarse las manos con frecuencia. Con utilizar agua y jabón es suficiente, aunque también se pueden utilizar desinfectantes con bases de alcohol. Lo mismo debemos hacer con los objetos y superficies que hayan podido ser contaminados.

Por otra parte, se recomienda utilizar mascarilla si se ha tenido contacto con alguien infectado. Del mismo modo, al estornudar o toser, lo mejor es cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo desechable y después tirarlo.

No podemos olvidar que se trata de una pandemia. Todos debemos poner de nuestra parte para que la situación se solucione lo antes posible. Si tienes síntomas, trata de contactar con el servicio de emergencias y mantenerte alejado del resto de personas